martes, 3 de julio de 2012

En busca del príncipe azul

En algún momento todas las mujeres nos damos cuenta que  Disney, las películas románticas y hasta los cuento que nos leen desde niñas nos distorsionaron la realidad en alguna medida. Por lo tanto inexorablemente llega ese momento en que nos damos cuenta que el príncipe azul de rubia cabellera y montando un corcel blanco, no va a llegar. Algunas nos damos cuenta a corta edad, otras pasan la vida buscando a su hombre ejemplo de perfección, con quien vivir una historia de cuentos, la que obviamente tiene que concluir con un "vivieron felices para siempre".

Yo no sé si pecan de ingenua, si en el fondo saben que eso no va a ocurrir pero por algún motivo insisten en seguir pintando todo de rosa, o si existe alguna extraña razón que yo desconozco para seguir prefiriendo ilusión sobre realidad. 
Esta cosa de las relaciones sentimentales es un asunto bastante complicado, lleno de matices, con aciertos y errores, lo que lamentablemente uno aprende a punta de porrazos. Pero si hay algo que tengo claro, es que en estos tiempos la realeza está muy lejos de aquí, por lo tanto los príncipes no existen y hasta quienes parezcan tener la cara más dulce y tierna, puede resultar ser un completo desastre. Los príncipes no existen, las princesas tampoco, sólo hay personas normales, con defectos y virtudes. Existen personas con mal genio, con problemas, con exceso de trabajo, otros sin trabajo, con mañas, con hijos, con deudas, con aspiraciones, con planes, con una vida independiente a la tuya.
Pero en algún momento aparece ese alguien con quien sus defectos son compatibles con los tuyos, con quien puedes vivir en armonía y compartir la felicidad real, no la de cuentos. Porque al final del día te das cuenta que a pesar de las dificultades, las virtudes son muchas más.


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